domingo, 15 de abril de 2012

A escena: Sharaija murió con trece años


Ayer tuve la oportunidad de asistir a la representación de la obra teatral Sharaija murió con trece años, del autor Eduardo Chivite. Dirigida por Manuel Molina e interpretada por la compañía La Tabla Teatro, un elenco de jóvenes y magníficos actores que llevaron a cabo un trabajo excepcional encarnando los seres que pueblan un texto lleno de ternura y lirismo, un difícil y mágico texto alegórico sobre el sujeto ante la pérdida de la niñez, pero también una reflexión sobre el componente fantástico de la imaginación, el espíritu creativo y liberador que sólo algunos niños poseen y que sólo pocos adultos pueden conservar. Ese es el conflicto que se narra en esta obra donde enseguida nos percatamos de las concomitancias con el género maravilloso de obras como Peter Pan o Alicia a través del espejo. Por tanto, una obra para un público infantil (ma non troppo) y adulto que podrá emocionar, a medida que entramos en su simbolismo, al sujeto que reconozca las claves de un mundo paralelo y liberador, el mundo del arte, de la literatura, de la fantasía que en el niño se da de manera natural.
Así, la obra navega con un oleaje de tonos naíf y surrealista, trágico y cómico, respetando el decoro de sus tiernos personajes sobre el suelo ajedrezado de un escenario donde todo es posible, regresar al niño que todos fuimos antes de cumplir los aciagos trece años de Sharaija.

Aún pueden asistir a verla aquí.





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