jueves, 23 de febrero de 2012

Radio Futura: interdiscursividad

El álbum de Radio Futura La canción de Juan Perro (1987) incluía entre sus canciones dos magníficos ejemplos de interdiscursividad.
Por un lado, la canción “Lluvia del porvenir”, todo un homenaje a la obra de Juan Rulfo, Pedro Páramo, cuya impresionante letra nos devuelve el espacio mítico de Comala y de los seres (muertos, apariciones) que lo pueblan. Como su cacique (Pedro Páramo), Comala es un terreno baldío no está de más señalar otra relación intertextual con la primera traducción de The Waste Land de Eliot publicada en México, y que Rulfo seguramente leyó bajo el título justamente de El Páramo, una zona en la que ya nada puede crecer, en la cual los vivos tampoco son admitidos (de ahí la necesaria muerte de Juan Preciado), y de la cual tampoco es posible escapar.


LLUVIA DEL PORVENIR


Roto está el conjuro de los enemigos
de este pueblo oscuro que ha de florecer.

Del cielo negro cae la lluvia.
Lágrimas de contento inundan mis ojos.

Exhalando su alma como un perfume
nuestros muertos descansarán.

Un meteoro que se aleja del horizonte
era el espíritu que estaba envenenando el aire.

No más aceros afilados en la brisa.
Mis pensamientos crecen hacia el cielo.

Hay agua abundante en este páramo
y han vuelto los colores a su rostro.

Ella entiende lo que yo no sé decir
y ahora renace mi orgullo guerrero.

Su pureza me conmueve tanto
como la extraña libertad de sus costumbres.

Y sale del agua con un cuerpo nuevo
sin memoria para los dos.

Exhalando su alma como un perfume
nuestros muertos descansarán.

Hay agua abundante en este páramo
y han vuelto los colores a su rostro.

Y sale del agua con un cuerpo nuevo
sin memoria para los dos.

Por otro lado, La canción de Juan Perro nos regala una preciosa adaptación del poema de Edgar Allan Poe “Annabel Lee”. Otra relación intertextual del texto "Annabel Lee" fue la gran inspiración que supuso para el escritor ruso Vladimir Nabokov, especialmente en su novela Lolita (1955), en la que el narrador, un niño, queda enamorado de la enferma en etapa terminal Annabel Leigh en un "principado junto al mar". Originalmente, Nabokov llamó a su novela El reino junto al mar.

Para leer y escuchar el poema original aquí

Leamos y escuchemos la magnífica letra de Santiago Auserón:


ANNABEL LEE

Hace muchos, muchos años, en un reino junto al mar
habitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee.
Y crecía aquella flor sin pensar en nada más
que en amar y ser amada, ser amada por mí.

Éramos sólo dos niños, mas tan grande nuestro amor
que los ángeles del cielo nos cogieron envidia,
pues no eran tan felices, ni siquiera la mitad,
como todo el mundo sabe en aquel reino junto al mar.

Por eso un viento partió de una oscura nube aquella noche
para helar el corazón de la hermosa Annabel Lee.
Luego vino a llevársela su noble parentela
para enterrarla en un sepulcro en aquel reino junto al mar.

No luce la luna sin traérmela en sueños
ni brilla una estrella sin que vea sus ojos.
Y así paso la noche acostado con ella,
mi querida hermosa, mi vida, mi esposa.

Nuestro amor era más fuerte que el amor de los mayores
que saben más, como dicen, de las cosas de la vida.
Ni los ángeles del cielo ni los demonios del mar
separarán jamás mi alma del alma de Annabel Lee.

No luce la luna sin traérmela en sueños
ni brilla una estrella sin que vea sus ojos.
Y así paso la noche acostado con ella,
mi querida hermosa, mi vida, mi esposa.

En aquel sepulcro junto al mar.
En su tumba junto al mar ruidoso.


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