domingo, 14 de febrero de 2010

Cómo se dibuja un paisaje










































De nuevo, vuelvo a escribir sobre las personas libro. En esta ocasión con motivo del taller de poesía para niños en la que han participado hoy, día de los enamorados, en el parque de María Luisa junto a la Glorieta de Bécquer, donde también se dieron cita un conjunto de lectores públicos.

He quedado maravillado con la participación de los niños en este taller organizado y presentado por María Ruiz Faro y Rocío Hernández Triano. Realmente, María es una dinamizadora extraordinaria que supo contar a los niños y mayores qué son las personas libro y transmitió un mensaje perfectamente expuesto para el público infantil, la bondad de los libros como un verdadero tesoro interior.

Una de las actividades de este taller fue seguir las instrucciones de Gloria Fuertes en su poema "Cómo se dibuja un paisaje" que expongo a continuación:


CÓMO SE DIBUJA UN PAISAJE

Un paisaje que tenga de todo,
se dibuja de este modo:
Unas montañas,
un pino,
arriba el sol,
abajo un camino,
una vaca,
un campesino,
unas flores,
un molino,
la gallina y un conejo,
y cerca un lago como un espejo.

Ahora tú pon los colores;
la montaña de marrón,
el astro sol amarillo,
colorado el campesino,
el pino verde,
el lago azul
-porque es espejo del cielo como tú-,
la vaca de color vaca,
de color gris el conejo,
las flores...
como tú quieras las flores.
De tu caja de pinturas
¡usa todos los colores!


Gloria Fuertes



Como pueden ver arriba la obra quedó genial, digno del Picasso más Picasso (el que siempre quiso pintar como un niño).


Además del magnífico paisaje, los niños compusieron entre todos el siguiente poema muy del gusto de nuestra poeta de guardia. Me apetece también participar como otro niño añadiendo los versos entre paréntesis.
Es el siguiente:

La jirafa tiene gafas.
El elefante tiene guante
(no hay quien lo aguante).

El león es dormilón
y también comilón.
(Pero lee un montón).

El delfín lleva un bombín.
El delfín es saltarín.
(Esto no acaba aquí).

La cigüeña, risueña
(en la torre más alta)
yo quise ser su dueña.


Felicidades a todos los que han hecho posible este poema, María, Rocío, Esperanza, niños y niñas con las personas libro...

domingo, 7 de febrero de 2010

Personas libro en Córdoba











































Ayer, sábado, 6 de febrero de 2010, tuve la oportunidad de participar como persona libro con la asociación Farenheit 451, que se dedica a una misión aparentemente imposible. Se dedica a hacer posible lo imposible, a hacer posible que los textos se conviertan en organismos vivos, tal y como enunció Ray Bradbury en su novela homónima, Farenheit 451. Tal y como el gran cineasta François Truffaut nos enseñó en su emocionante película tan de la nueva ola francesa. Siempre me impresionó esa película, especialmente la última escena cuando el protagonista consigue llegar al bosque donde se refugian las personas libro y cada uno de ellos se presentan con el título del libro que ha memorizado. Maravillosa reflexión sobre el ser humano, capaz de la peor atrocidad y también de superarse en esa maravillosa utopía de una comunidad que sabe que perservando la palabra, perserva también la supervivencia de sí mismo. Esa conciencia sigue siendo hoy revolucionaria, sigue siendo un desafío.

Espectacular fue el viaje en el Andalucía Express desde Sevilla, con todo tipo de abastecimiento: chocolate, café, bizcochos, roscos... Ay, Ana, ese anís también. Como una gran familia que va de picnic, nosotros íbamos a narrar de memoria, con el corazón palabras, palabras...

Llegamos al centro cívico de la Corredera, sobre la plaza de abastos. Arreglamos aquello y adelante, llegaron los treinta alumnos del Góngora con su candidez acompañados de su profesora orgullosa de ellos y por qué no de sí misma y su trabajo, pues creo que alucinaron con Antonio, Carmen, el amigo pianista que les recitó en árabe y, cómo no, con nuestro Paco y José Luis, nuestro Quijote que les narraron como al pie de una chimenea de calor humano.

Después salimos hambrientos al sol de la Corredera a comer un bocata de tortilla como si fumáramos la pipa de la paz. Y partimos a la ribera para continuar nuestra misión de personas libro recitando en la vía pública.

Me llamó la atención que cuando nuestro grupo espontáneamente llegó a la ribera del río y expusieron sus narraciones, ningún viandante se parara a curiosear, a preguntar qué es esto, qué estáis haciendo, penosa actitud, sin duda... y reconocida por mí lamentablemente que soy de aquella tierra donde la muerte te mira desde sus torres. Me emocioné al oír a Antonio narrar "Palabras para Julia", inevitablemente.

El viaje de ayer a Córdoba con las personas libro fue mucho mejor de lo que me imaginaba, tenía tantas ganas de volver y pasear por sus calles. Esta vez muy bien acompañado además con mi compañera, esposa, amiga, amante, querida, madre de mi hija... con la que tanto disfruto escuchándola hablar, cantar, recitar, ya sea "Hombre preso mirando a su hijo", ya sea L
azarillo de Tormes, algún poema de Félix Grande o Fernando Beltrán, o algún fragmento de La balada del café triste, de Carson Mc Cullers, qué sé yo...

Ayer fue un día bien vivido, en buena compañía. Un día de calma, un día pacífico.